
San Antonio sigue sumando infortunios en una temporada que ha estado marcada por las lesiones y los problemas internos. La última noticia es la baja de De'Aaron Fox, quien deberá someterse a una cirugía en el meñique izquierdo, lo que lo dejará fuera por el resto de la temporada. Con esto, los Spurs confirman un año catastrófico que ya había visto al legendario entrenador Gregg Popovich sufrir un derrame cerebral y a Victor Wembanyama ser diagnosticado con trombosis venosa profunda en el hombro derecho.
Una temporada plagada de infortunios
El escolta, que llegó a San Antonio en un traspaso con los Kings antes del cierre del mercado, ya arrastraba molestias en su dedo desde el training camp con su antiguo equipo. A pesar de ello, jugó con dolor durante toda la temporada. Sin embargo, con los Spurs prácticamente sin aspiraciones de playoffs, se ha optado por la operación para asegurar su recuperación total y que pueda volver en plena forma la próxima campaña.
Fox ha sido una de las pocas luces en medio del oscuro panorama de los Spurs este año. Sus números hablan por sí solos: 23,5 puntos, 6,3 asistencias y 4,8 rebotes en 62 partidos entre Sacramento y San Antonio. Sin embargo, apenas pudo compartir cancha con Wembanyama en cinco encuentros antes de que la lesión del francés lo apartara de la competición. La esperanza de construir un equipo competitivo alrededor de ambos jugadores tendrá que posponerse para la próxima temporada.
Un proyecto que se tambalea
San Antonio apostó fuerte al fichar a Fox con la intención de competir por los playoffs de la NBA, confiando en el talento de su joven estrella Wembanyama. Sin embargo, la acumulación de desgracias ha cambiado por completo los planes de la franquicia. El balance actual de los Spurs es de 27-37, lo que los deja sin opciones reales de postemporada y más cerca de enfocarse en el draft.
La lesión de Popovich fue el primer golpe para el equipo. El icónico entrenador, que ha sido el pilar de la organización por más de dos décadas, sufrió un derrame cerebral hace unas semanas, lo que ha generado incertidumbre sobre su regreso al banquillo. Su ausencia ya se ha sentido en la cancha y en el vestuario, con un equipo que no ha logrado encontrar estabilidad.
Por otro lado, la lesión de Wembanyama ha sido un golpe devastador para las aspiraciones de los Spurs. El rookie estaba firmando una temporada impresionante y era la gran esperanza para San Antonio. No obstante, su diagnóstico de trombosis venosa profunda lo ha dejado fuera de combate y ha encendido las alarmas sobre su estado de salud a largo plazo. La franquicia ahora deberá centrarse en su recuperación y evitar riesgos que comprometan su futuro.
Mirando hacia el futuro
Con la temporada prácticamente perdida, los Spurs podrían optar por una estrategia de reconstrucción y desarrollo de jugadores jóvenes en lo que queda del año. La opción de mejorar su posición en el draft se vuelve cada vez más tentadora, considerando que los planes iniciales de ser competitivos han quedado en el pasado.
Fox, Wembanyama y la incógnita sobre Popovich marcarán el destino de la franquicia en los próximos meses. La gerencia tendrá que tomar decisiones clave para garantizar que este sea solo un tropiezo en el camino y no una crisis prolongada.
Por ahora, los aficionados de San Antonio tendrán que resignarse a un año para el olvido, con la esperanza de que la próxima temporada traiga mejores noticias y, sobre todo, salud para su entrenador y sus jugadores clave.