La selección de México sufrió una dolorosa derrota 2-0 frente a Honduras en el Estadio Olímpico Metropolitano de San Pedro Sula, durante el partido de ida de los cuartos de final de la Liga de Naciones de Concacaf. Este revés marca una preocupante actuación del combinado nacional y deja dudas sobre su desempeño de cara al futuro.
El equipo dirigido por Jaime Lozano no logró imponerse en el campo y fue superado por un conjunto hondureño que demostró intensidad y contundencia. Los goles de la noche estuvieron a cargo de Bryan Moya y Luis Palma, quienes aprovecharon errores defensivos del cuadro mexicano.
Incidentes de violencia contra el técnico mexicano
El resultado no solo generó críticas deportivas, sino que también desató un lamentable episodio de violencia. Al término del encuentro, un grupo de aficionados lanzó objetos hacia Jaime Lozano mientras este se dirigía al vestidor. Los objetos, que incluyeron botellas y otros proyectiles, reflejaron la frustración de una parte de la afición por el bajo rendimiento del equipo.
Aunque Lozano no sufrió lesiones, la Federación Mexicana de Fútbol condenó los hechos y exigió a las autoridades locales reforzar la seguridad en el partido de vuelta, que se disputará en el Estadio Azteca. “Rechazamos cualquier acto de violencia en el deporte. Este tipo de incidentes no representan los valores del fútbol ni de nuestra afición”, declaró la FMF mediante un comunicado.
Una noche oscura para la selección
El combinado nacional lució desorganizado y sin ideas claras en ataque, mientras que la defensa fue constantemente vulnerada por los ataques hondureños. La presión sobre Jaime Lozano aumenta, con parte de la afición cuestionando su capacidad para liderar al equipo.
México necesitará revertir el marcador en el partido de vuelta para mantener vivas sus aspiraciones en el torneo. Sin embargo, el equipo enfrenta no solo la presión deportiva, sino también la necesidad de restaurar la confianza de una afición que exige resultados inmediatos.
El partido de vuelta está programado para el próximo martes, donde la selección buscará un milagro ante un público local que espera mucho más de sus jugadores. De cara a lo que puede ser la competencia del Mundial de la FIFA 2026, México ha dejado mucho que desear.